La nueva película de la saga es una bocanada de aire fresco luego de las desastrosas precuelas dirigidas por George Lucas
Con “Star Wars. Episodio 7: El Despertar de la Fuerza”, el relanzamiento de la franquicia de “La Guerra de las Galaxias”, resultó una bocanada de aire fresco luego de las desastrosas precuelas “La Amenaza Fantasma”, “La Guerra de los Clones” y “La Revancha de los Siths”, dirigidas de una forma torpe por George Lucas.
Entre 1999 y 2005, el creador de “Star Wars” intentó modernizar la historia, apelando a una exageración en el uso de efectos digitales que le dieron un aspecto más de dibujo animado, alterando la paleta de colores tradicionales por una cinematografía estridente que poco tenían que ver con los episodios 4 a 6.
Un gran error de varios directores es pensar que por tratarse de los géneros fantasía o ciencia ficción (en este caso, más fantasía que ciencia ficción), las películas no deben tener un realismo visual. Es necesaria una delicada mezcla entre ficción y credibilidad de esa ficción.
Con “El Despertar de la Fuerza”, J.J. Abrams una vez más muestra su capacidad para lograr ese objetivo, con un menor uso de efectos CGI, mayor utilización de trucos clásicos del cine y una fotografía que reconstituyó la impronta de las cintas originales.
Hay muy pocos directores que pueden lograr ese mix. Steven Spielberg, gran referente del género, lo demostró en infinidad de ocasiones, como en “La Guerra de los Mundos”, “Sentencia Previa” (Minority Report), y hasta en la delirante “A.I. Inteligencia Artificial”.
J.J. parece ser el guardián de nuestra infancia. Lo hizo con “Star Trek”, ahora con “Star Wars” y hasta incluso con la original “Super 8”, una suerte de homenaje al propio Spielberg.
Lo mejor de “Episodio 7” es posiblemente el propio J.J. En manos de otro director, estaríamos (muy probablemente) en graves problemas y ante otro fiasco.
Pero, lo peor de “El Despertar de la Fuerza” fue que J.J. no pudo ser 100% J.J.Quizás por temor a herir a los fans de la franquicia o quizás por presiones/sugerencias de Disney, no pudimos ver al J.J. en su máximo esplendor.
El resultado es un guión que termina siendo demasiado (muy) parecido a “Episodio 4”, con un villano poco convincente en su rol. Falta (mucha más) acción, profundidad en los diálogos, más de la marca visual de J.J. y entender cómo Rey (Daisy Ridley) logró utilizar rápidamente los poderes de la fuerza como Jedi, entre otros huecos de la trama.
La introducción del personaje de BB-8 es uno de los grandes logros de “Episodio 7”, con todas las chances de convertirse en uno de los referentes favoritos de la saga.
Imágenes: Cortesía Disney / LucasFilm