Desde Estación Fluvial aseguraron que este año cruzó un 80% menos de turistas que la temporada pasada. Los empresarios del sector confían en comenzar las tareas de reconstrucción durante el mes de abril
Los meses que suelen ser denominados “temporada alta” -enero y febrero- para el turismo, no fueron tales en lo que respecta a los comercios y emprendimientos que se desarrollan en las islas ubicadas frente a la costa rosarina.
De acuerdo a la información a la que accedió IMPULSO, los índices de ganancias que registraron los negocios en la zona fueron muy escasos, a causa de la abrupta crecida del Río Paraná, ya que apenas se pudieron aprovechar algunos pocos días de enero.
Así lo aseguraron desde Estación Fluvial: “cruzó un 80% menos de gente que en el mismo período del año anterior”.Asimismo, desde los muelles de la costa central dijeron: “El servicio de traslado lo abrimos en septiembre del año pasado, y a fines de enero, inicios de febrero, debimos suspenderlo porque los paradores ya no estaban en condiciones de recibir gente.” Además, aclararon que “no sólo que los muelles se deterioraron, sino que ya tampoco quedaba playa”. A su vez, sostuvieron que hasta el momento sigue parado ese servicio y que lo que están haciendo para “apañar la difícil situación son paseos turísticos”.
En diálogo con IMPULSO, uno de los responsables de Puerto Pirata, parador ubicado sobre la isla La Invernada, manifestó su grado de preocupación por la situación que atraviesan: “Previa a esta temporada invertimos, crédito mediante, y construimos tres cabañas más de las que teníamos -en total son seis-. No sólo que no pudimos utilizarlas sino que la inundación dejó en mal estado las instalaciones subterráneas, por lo que tendremos otro gasto en reparación sin casi haber obtenido ingresos”.
Casi la totalidad de los casos son similares para aquellos que desarrollan sus proyectos sobre este tipo de emprendimientos, y en algunos de ellos se ha llegado a numerosos despidos ya que no se podían sostener, ante esta circunstancia, tantas fuentes de trabajo. Así lo admitió, por ejemplo, el responsable de uno de los transportes que hace el recorrido desde La Fluvial hasta el banquito San Andrés, quien comentó que de sus doce empleados, “sólo quedan dos”.
Si bien estaba prevista una creciente, los números estipulados por las instituciones meteorológicas no indicaban una altura mayor a los 4,5 metros, marca que fue claramente sobrepasada. La altura máxima a la que llegó el río fue de 5,60 metros, superando en 30 centímetros el tope de alerta que indica el desalojo y evacuación de la isla, procedimiento que se dio el 31 de enero.
Actualmente el río Paraná se encuentra en baja, aunque no hay pronósticos ciertos acerca de cuándo los servicios se reactivarán y todo vuelva a la normalidad. Según el criterio de algunos comerciantes entendidos, para fines de abril el río habrá llegado a su nivel típico, y a partir de ahí se deberá comenzar con las obras de reacondicionamiento.
Consecuente con esto, declaró el titular de Isla Verde, alojamiento apostado en la isla, quien asegura que según su criterio "la refacción comenzará en 30 días aproximadamente", y quien cree que "el arreglo de parrilleros, parques, arboleda, e instalaciones llevará “bastante tiempo”, aunque confía que “para la próxima temporada alta esté todo listo y pueda revertirse lo sucedido”.
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