Impulso

Bangkok es una ciudad que sorprende a los turistas por su magnitud, su cultura, sus templos, su comida, sus grandes centros comerciales y sus imponentes rascacielos, y en uno de ellos me detengo por tener una atracción única a nivel global.

El hotel Lebua en State Tower es uno de los edificios más altos de Tailandia, tiene 68 pisos y una altura de 247 metros, y en el piso 64 se encuentra Sirocco, el restaurante abierto más alto del planeta.

Sirocco sorprende en su descripción, una terraza de gran magnitud ubicada en un piso 64 con una vista plena de la luminosa Bangkok, y una cúpula de oro a su lado de 30 metros de diámetro que encaja perfecto junto a los balcones neoclásicos del imponente edificio.

Conseguir una reservación en Sirocco no es tarea sencilla, se sugiere hacerlo con al menos 10 días de anticipación, y a quien tenga pensado visitar esta ciudad, no puedo dejar de remendarle hacerlo para vivir una experiencia única.

Bangkok es ideal para Sirocco, las altas temperaturas de la ciudad, hacen que estar a gran altura y al aire libre sea un placer, y ni el más friolento estará incómodo, y a pesar que dependiendo de la ubicación se puede sentir algo el viento, no resulta molesto.

La experiencia comienza desde el primer momento que uno pisa la torre. El ingreso a los ascensores es rápido y ordenado, subiendo los 64 pisos en apenas segundos desde la planta baja, y con acceso más rápido aún desde las habitaciones más altas del hotel, donde una persona en cada piso detiene el ascensor para subir velozmente.

Una vez que el ascensor se abre, varias recepcionistas saludan con Wai (el saludo típico en Tailandia con ambas manos juntas) e invitan a pasar, organizando rápidamente para quienes tienen una reserva en el restaurante Sirocco o solo para un trago en el Sky Bar, del cual hablaré luego.

La lluvia es un problema en esta época del año, si uno observa el pronóstico verá que todos los días llueve, la suerte o desgracia es que suceda justo al momento de ir a cenar a este restaurante, que su mayor atractivo no es solo su altura, sino que es totalmente abierto, por lo cual el tiempo estará reservado al azar.

En caso de lluvia, las hostesses directamente propondrán cenar en el restaurante que está en la cúpula y es cubierto, que si bien es elegante y ofrece el mismo menú, no puede igualar la experiencia de la terraza.

En mi caso me invitaron a tomar una copa para esperar mientras alistaban el restaurante y el Sky Bar, ya que la lluvia se había detenido, pero estaban limpiando y preparando el lugar para la llegada de decenas de personas que aguardaban.

Algo a destacar es la gran cantidad de personal en el lugar, no pude llevar la cuenta, pero eran decenas, en su mayoría de origen tailandés, y con una amabilidad y preparación para la atención única, siempre atentos, conociendo mi nombre y manteniendo organizado un lugar en donde el bar interior, el restaurante superior, el restaurante exterior y el sky bar se mezclan en perfecto orden.

Una vez que todo estuvo listo y al abrirse las puertas, una hostess se acercó a invitarme a pasar y descubrir a Sirocco, saliendo a una terraza donde puede verse la magnífica vista, para luego bajar una gran escalinata que lleva al lugar donde mi mesa -justo en el punto más cercano al límite- estaba lista.

Las luces de Bangkok, y la vela en el centro de la mesa, eran suficientes para hacer de este restaurante un lugar único. Su menú es reducido, con poco más de una docena de platos, incluyendo entradas y principales, pero todos al nivel esperado para este lugar.

La carta de vinos es amplia, con etiquetas de todo el mundo (incluyendo varias de la región como de Argentina y Chile) y las opciones de cócteles tampoco escasean.

La preparación del personal se hacía notar, tanto en el conocimiento del menú, la disponibilidad en todo momento que era requerido, o la atención de no dejar nunca la copa vacía. Preguntar dónde queda el baño no se limita a escuchar las indicaciones, sino que los camareros acompañan hasta el lugar personalmente.

Una banda de jazz junto una voz femenina en vivo desde un piso más alto acompañaban la cena, haciendo experiencia del restaurante más amena aun. Puedo decir que todo estaba a la altura del lugar, literalmente.

Los precios de Sirocco están ubicados en relación a un restaurante internacional de primer nivel, y todo dependerá de la elección de los platos y el vino, pero para tener una nocion, una cena promedio puede costar entre US$ 150 y US$ 200 por persona.

Sky Bar



Es uno de los atractivos más elegidos por los turistas, ya que permite conocer el lugar, y disfrutar de la vista, a un costo mucho menor, ya que puede tomarse un cóctel, una copa de champagne o cualquier otra bebida.

Se llega de la misma manera, y el bar abierto está ubicado en el centro de la terraza, con un acceso privilegiado a la panorámica de Bangkok, aunque en la zona exterior no hay sillas, y habrá que lidiar con una cantidad importante de gente de pie buscando obtener la mejor fotografía.

Un trago puede costar aproximadamente US$ 20, y justifica el lugar. En el interior, se puede tomar una mesa y disfrutar de una buena selección de música electrónica.

The Hangover 2

La segunda parte de la película The Hangover, conocida en español como ¿Qué paso ayer? fue filmada en su mayoría en Bangkok, y tanto el hotel Lebua como el restaurante Sirocco formaron parte de varias escenas, que le han dado mayor popularidad a la propuesta.

Sin perder el tiempo, en el Sky Bar se ofrece un trago llamado el Hangovertini, que fue especialmente creado y tiene licor de té verde y Martini Rosso entre sus ingredientes.

Imagen de la película The Hangover 2

Definitivamente Sirocco es un must para quien visite Bangkok, una experiencia prácticamente imposible en otra ciudad del mundo, y ya sea en el restaurante o en el Sky Bar, la vista está asegurada, siempre y cuando no llueva.