El salario real en Argentina pierde terreno con cada crisis y nunca logra recuperarse del todo. Aunque el empleo formal se mantiene, el ingreso se ajusta. ¿Qué reformas hacen falta para revertir esta tendencia?
El estancamiento del poder adquisitivo del salario en Argentina se reafirma como una constante estructural, más allá de los ciclos políticos y económicos. Los últimos datos del INDEC confirman una reversión en la leve recuperación registrada durante 2024: en el primer trimestre de 2025, los salarios registrados aumentaron un 7,6%, mientras que el nivel general de precios se incrementó un 8,6%. Esto implica una pérdida real de 0,9 puntos porcentuales.
El dato mensual de marzo es aún más revelador: la variación nominal de los salarios registrados fue de 2,5%, frente a una inflación del 3,7%, lo que se traduce en una caída real del 1,2%. El promedio general de salarios (que incluye no registrados, con datos rezagados por la EPH) muestra un aumento del 3%, también por debajo del IPC, lo cual refuerza la pérdida generalizada de capacidad de compra.
Fuente: LP CONSULTING en base a INDEC
Trayectoria del salario real: diagnóstico estructural
La caída del salario real no se limita a los últimos meses. Entre 2013 y 2024, el salario real del sector privado registrado acumuló una contracción del 25%. Esta trayectoria descendente estuvo marcada por una dinámica cíclica: cada shock inflacionario provocó un deterioro significativo del ingreso, seguido de recuperaciones parciales que nunca compensaron completamente lo perdido. El resultado es un escalón descendente de largo plazo.
En términos agregados, puede observarse que el salario actuó como una variable de ajuste para absorber los desequilibrios macroeconómicos, especialmente en contextos de restricción externa o correcciones fiscales. Esta función amortiguadora tuvo un alto costo distributivo y productivo.
Paradoja laboral: estabilidad formal con deterioro cualitativo
Uno de los aspectos más llamativos del mercado laboral argentino es la coexistencia de un leve descenso del PBI (-2,5% entre 2013 y 2024) con estabilidad en los niveles de empleo registrado. Esta aparente resiliencia se explica por el ajuste en el precio relativo del trabajo: la caída del salario real permitió sostener niveles de ocupación sin crecimiento económico.
Fuente: LP CONSULTING en base a INDEC
No obstante, la composición del empleo se deterioró marcadamente. De los tres millones de nuevos trabajadores incorporados al mercado laboral en la última década, solo una minoría accedió al empleo formal pleno. Aproximadamente el 40% lo hizo como monotributista —una forma de cuasi formalidad con escasa protección—, y el 60% restante como asalariado no registrado o cuentapropista informal. Este fenómeno constituye una informalización estructural del mercado de trabajo.
Inflación crónica y licuación salarial: una relación funcional
La persistencia de inflación de dos dígitos anuales —y, en muchos tramos, de alta inflación mensual— operó como mecanismo sistemático de licuación de ingresos reales. Esta dinámica permitió absorber desequilibrios fiscales y externos sin recurrir a políticas de consolidación más profundas, pero a costa del ingreso disponible de los hogares.
La economía argentina ha estructurado, de facto, una forma de ajuste macroeconómico que se apoya en la erosión continua del salario. Esta lógica, en ausencia de reformas productivas de fondo, genera un sesgo regresivo en la distribución funcional del ingreso y limita la expansión sostenida del consumo interno.
Revertir la tendencia: lineamientos para una estrategia de recuperación salarial
Recuperar el poder adquisitivo de los salarios en forma sostenible exige cambios estructurales orientados a la mejora de la productividad y la competitividad sistémica. Entre los ejes más relevantes, se destacan:
- Reforma del sistema tributario: simplificación y reducción de distorsiones que penalizan el empleo formal y la producción de valor agregado.
- Inversión en infraestructura logística y de transporte: reducción de costos operativos y ampliación de mercados.
- Modernización de la legislación laboral: con foco en la reducción de litigiosidad, promoción del empleo joven y formalización.
- Fortalecimiento de los servicios públicos básicos: educación, salud y energía como habilitadores clave del capital humano.
La eventual implementación del “Super IVA” —una propuesta que apunta a mejorar la eficiencia recaudatoria y la progresividad del sistema— podría constituir un primer paso hacia una arquitectura tributaria más equitativa, aunque su impacto dependerá del diseño final y su coordinación con otras políticas.
Conclusión
El estancamiento salarial en Argentina no es una anomalía coyuntural sino el emergente de un régimen económico que, desde hace al menos una década, encuentra en la licuación del ingreso laboral una válvula de ajuste ante la fragilidad macroeconómica. Superar esta trampa requiere un abordaje integral y sostenido, centrado en la productividad, el empleo de calidad y la inversión pública y privada como motores de desarrollo.
Fuente: LP CONSULTING