Impulso

Soy un fanático de la tecnología. Y desde hace un tiempo encontré en los teléfonos inteligentes una opción muy útil y una solución a muchos requerimientos. Me gusta la fotografía, uso Internet como (multi)medio de comunicación, llevo mucha música conmigo y también a veces hasta puedo plasmar una idea musical en el lugar menos pensado.

Para todo eso, y para otras cosas que seguro estoy olvidando, uso habitualmente mi smartphone.

Pasé por varias marcas y modelos hasta que llegué a mi primer iPhone. Fue el iPhone 4, y al poco tiempo de tenerlo, hasta se transformó en el coprotagonista de un videoclip que, gracias a ese detalle, tuvo bastante difusión.

Es el del tema Mundo Divino:

Como casi todos los seguidores de Apple, a partir de ese primer iPhone, me mantengo bastante pendiente de las actualizaciones y los nuevos lanzamientos. Y también de las famosas y esperadas Keynotes.

Este martes fue el día elegido para otra presentación, y como siempre sucede, fue seguida desde todo el mundo. Esta vez, casi por casualidad, fui uno más de los que la siguió atentamente en directo.

Y con mi iPhone 5 en la mano, sin saber si tal vez esa Keynote iba a ser el principio de nuestra despedida, me empecé a enterar de las novedades que Tim Cook y su equipo nos tenían preparadas. Y Tim apareció en el escenario con sus gráficos y curvas siempre ascendentes. Hasta que empezaron los anuncios.

Comencemos por iOS 7. No me había gustado en la presentación de la primera beta y tampoco me gustó ahora. No veo demasiados cambios profundos, y los superficiales, los que se ven, no me parecen interesantes a nivel diseño. Tipografía extra fina ya vista en algunas apps y paleta de colores con un estilo y criterio que no llego a comprender.

Después llegó el momento del iPhone 5c. Supuestamente el de bajo costo. No creo que 550 dólares liberado en Estados Unidos, sea un equipo económico, pero más allá de eso tampoco me gustaron los colores y menos aún los cobertores con agujeros que dejan ver el tono original, ofreciendo una apariencia de lunares que muy poco tienen que ver con el famoso e histórico "diseño Apple".Con respecto a la tecnología, es el actual 5 en plástico.

Y finalmente apareció el iPhone 5s. Lo que yo estaba esperando.El nuevo color dorado/champagne no me pareció tampoco un gran hallazgo, pero creo que habría que darle una oportunidad al verlo en directo.

Con respecto a los cambios técnicos, los resumo en tres, porque tampoco hay más.

. Un súper chip A7. No hay dudas sobre su potencia en procesos y en gráficos. Aquí evidentemente siguen avanzando sin mirar qué hay al costado, y lo hacen bien. Pero teniendo en cuenta la limitación de una pantalla de 4 pulgadas, hasta puede parecer exagerado para el usuario promedio semejante poder de cálculo.

. El reconocimiento dactilar es una interesante manera de manejar la privacidad de un teléfono. Un buen avance que tal vez se transforme en un estándar en poco tiempo. Por supuesto que ya empezaron los comentarios casi humorísticos que dicen que ahora después de robarte el iPhone te van a cortar el dedo para poder seguir usándolo.

. Y finalmente, un gran anuncio. Los cambios en la cámara. Sobre todo en el tamaño del sensor y en la apertura de diafragma, algo que los amantes de la fotografía valoramos en cualquier lente. Va a ser de 2.2. Muy interesante para fotos con poca luz o para lograr mayor profundidad de campo en primeros planos.

Evidentemente Apple sigue apuntando a que los usuarios de iPhone lleven siempre consigo una cámara de muy buen rendimiento y que no necesiten de otra cámara compacta.

El punto débil de los smartphones sigue siendo el zoom óptico, en eso creo que no tienen opción para competir con las compactas, debido obviamente al tamaño de las lentes y al espacio que ocuparían en los cada vez más delgados teléfonos, pero si a uno le basta con una única distancia focal de alrededor de 30mm, las cámaras que ofrecen los iPhones, sobre todo desde el 4s, son excelentes.

En fin, supongo que esperaba otra cosa de esta Keynote, pero tal vez en algún momento vuelvan al rumbo de Steve Jobs. Ese rumbo tan innovador y que a veces se parecía mucho a la ciencia ficción.

Lo que me llama bastante la atención es que por primera vez no me dieron ganas de cambiar rápidamente mi iPhone 5, como me había pasado con los cambios del 4 al 4s y del 4s al 5. Esta vez no.

Terminó la presentación, sonó el teléfono y atendí con el mismo aparato que creo voy a seguir teniendo, al menos, hasta el año que viene.

Fabián Gallardo es músico y productor