Una mujer de 35 años y una niña de 4 perdieron la vida en un vuelco en la peligrosa "curva de la muerte", cerca de Pérez. El hecho pone nuevamente en foco las advertencias del gobierno provincial sobre el abandono de las trazas nacionales.
La madrugada del domingo se tiñó de luto en la Ruta Nacional 33, cuando una camioneta con siete ocupantes volcó en la tristemente célebre “curva de la muerte”, entre las localidades de Zavalla y Pérez. Como consecuencia del siniestro, una mujer de 35 años y su sobrina de 4, ambas oriundas de Venado Tuerto, fallecieron. El resto de los pasajeros, entre los que se encuentran otros tres menores, fueron trasladados a centros de salud en Rosario con heridas de diversa consideración.
Si bien la investigación aún está en curso, las primeras hipótesis apuntan a una combinación fatal: la densa niebla presente en la zona y la crónica falta de señalización en una curva que, por su diseño de casi 90 grados al cruzar las vías del ferrocarril, se ha convertido en una trampa mortal.
Este trágico suceso no es un hecho aislado, sino la dolorosa confirmación de una realidad que el gobierno de Santa Fe viene denunciando con insistencia: el crítico estado de abandono de las rutas nacionales que atraviesan la provincia.
La tragedia vuelve a poner sobre la mesa las palabras del ministro de Obras Públicas de Santa Fe, Lisandro Enrico, quien recientemente había pintado un panorama desolador sobre la seguridad vial. “El abandono de las rutas se traduce en tragedias. En Santa Fe, el año pasado hubo un muerto cada 19 kilómetros en rutas nacionales”, sentenció el funcionario.
El ministro de obras públicas del gobierno de Santa Fe Lisandro Enrico había alertado meses atrás que: “a lo largo del 2024 hubo un muerto cada 19 kilómetros en rutas nacionales” dentro de la provincia.
Enrico fue claro al identificar las trazas más críticas, mencionando específicamente a la Ruta 11, la 34 y, precisamente, la 33, escenario de este último siniestro. Ante esta situación, el ministro propuso una solución concreta y de fondo: que la Nación transfiera la potestad y los recursos de estas rutas a la provincia para poder garantizar una gestión y un mantenimiento eficientes.
El concejal de Pérez, Federico Jolly, mostró su preocupación por la seguidilla de siniestros fatales en la denominada “curva de la muerte”, destacando que la visibilidad en ese lugar es prácticamente nulo. En ese sentido, el edil ya elevó diferentes pedidos de informes y presentaciones en pos de mejorar las condiciones de circulación, y fundamentalmente de seguridad.
Jolly sostuvo: “La situación sigue igual que siempre, desde Zavalla a Pérez te encontrás con un terraplen. Antes había una calle, entonces el que venía y no llegaba a doblar, tenía a esa posibilidad. Esa calle se llama Santiago del Estero y debería estar abierta. Está mal diseñada, le han puesto una trampa aún más mortal”.
“Se trata de un punto crítico que desde hace años representa un riesgo latente para quienes transitan la zona. La falta de respuestas concretas es alarmante. No podemos seguir lamentando muertes evitables”, expresó el edil.
Entre los principales reclamos incluidos en el pedido se destacan: El restablecimiento inmediato del sistema de luminarias, la remoción del montículo de tierra en calle Santiago del Estero, que se ha convertido en una trampa mortal, y el rediseño de la traza vial, con criterios modernos de seguridad.
“La prevención vial debe ser una prioridad. No se puede esperar a que ocurran tragedias para actuar. Nuestra obligación es seguir reclamando, incluso ante la falta de respuestas”, finalizó Jolly.
“No podemos seguir lamentando víctimas en lugares que son trampas previsibles”, reclamaron desde la provincia. La “curva de la muerte” es un claro ejemplo: su peligrosidad es conocida por todos los que la transitan y ha sido escenario de múltiples accidentes graves con anterioridad. La falta de inversión en señalización, iluminación y mejoras en el trazado es una deuda pendiente que, este fin de semana, se cobró dos vidas más.
Mientras tanto, la comunidad de Venado Tuerto, de donde era oriunda la familia, se encuentra profundamente consternada por la noticia. El dolor de los allegados se suma a la indignación generalizada y al clamor popular que exige mayor prevención, controles y, sobre todo, obras urgentes para que tragedias como esta no se repitan. El debate está instalado: la seguridad en las rutas nacionales no puede seguir esperando.
Antecedentes de siniestros viales en la Ruta nacional 33
El martes 20 de mayo pasado también murieron dos personas sobre esa misma ruta tras el choque entre una ambulancia y un camión a la altura de Elortondo, en la provincia de Santa Fe: un médico y el conductor del vehículo sanitario.
El siniestro se produjo entre un camión tipo batea y una ambulancia perteneciente a un servicio sanitario de Venado Tuerto.
El impacto fue tan violento que el camión se incendió, al igual que la ambulancia, que quedó completamente destruida. Ocurrió en el kilómetro 660 y provocó el cierre de ambas manos de la calzada, lo que generó desvíos de tránsito. Los bomberos trabajaron intensamente para extinguir el fuego del camión, que permanecía a un lado de la carretera.