En un contexto de estancamiento productivo, la alta inflación provocó una fuerte reducción de los salarios reales que es lo que permitió mantener el nivel de empleo. En el nuevo escenario de estabilidad, si no se avanza con las reformas estructurales, el ajuste vendrá indefectiblemente sobre el nivel de empleo.
Altas tasas de informalidad, inflación persistente, cambios en la demanda laboral y una economía estancada alimentan la percepción de un mercado de trabajo cada vez más difícil de acceder. ¿Qué tan cierta es esa sensación y qué hay detrás de esta realidad compleja?
La caída del empleo asalariado en 2024 refleja desequilibrios estructurales que no se resuelven únicamente con crecimiento económico. Si bien este puede ofrecer un respiro, las reformas estructurales son fundamentales para garantizar una recuperación sostenible del empleo. ¿Cuáles son las reformas que faltan?
Se espera que el próximo año la economía crezca y con ello el empleo formal y el salario real. Pero las evidencias muestran que para que esto ocurra se necesitan mejores regulaciones laborales. Un aspecto central es darles la libertad a las empresas para que negocien con sus trabajadores por fuera de los convenios colectivos.
La significativa entrada de dólares, impulsada por el blanqueo y el auge de sectores clave como la minería, la energía y el agro, posiciona a Argentina en riesgo de sufrir los efectos de la 'enfermedad holandesa'. ¿Qué implicancias específicas podrían tener este fenómeno en la dinámica del mercado laboral?
Los últimos datos del INDEC señalan que en el 2do semestre el mercado laboral a nivel país se mantuvo estable con respecto a igual período del año anterior. En la provincia de Santa Fe, en cambio, el impacto de la sequía en la actividad económica y con ello afecto al empleo. Rosario la sintió particularmente fuerte.
Rosario está vibrando en el tema empleo. Casi la mitad de su gente está trabajando. La tasa de desempleo que se encuentra en el 6% obedece a que mucha más gente que en el resto de la provincia está buscando activamente un empleo. Esto es, porque Rosario anda bien con el empleo.
En los últimos 10 años sólo creció el empleo público, el empleo asalariado no registrado y el cuentapropismo. No hubo aumento de empleo asalariado registrado en empresas privadas. Arcaicas instituciones laborales son el principal factor que explica semejante fracaso.
En la post-pandemia, en Rosario hay un crecimiento inédito de la gente que sale a participar del mercado laboral y consigue trabajo, por eso el desempleo está por debajo de la pre-pandemia. En Ciudad de Santa Fe, en cambio, también subió fuerte la participación laboral, pero no el empleo. Por eso, el desempleo está por arriba de la pre-pandemia
Es una buena oportunidad para hacer un breve balance sobre el desempeño del mercado laboral en estas dos últimas décadas. Las evidencias muestran un pasado frustrante y un futuro preocupante. Urge recuperar la inversión y la educación y actualizar las instituciones laborales.
En el 3° trimestre del año siguió subiendo fuerte el empleo, pero fue enteramente en la informalidad. Esto explica que la gente –más allá del Mundial de Fútbol– exprese desazón. Con empleos en la informalidad, el trabajo deja de ser sinónimo de progreso social. Las razones son una economía decadente e instituciones laborales más decadentes aún.