Impulso

La reconocida bicampeona olímpica en 800 metros Caster Semenya, se encuentra atravesando el desafío más importante que su carrera le reta. Con 28 años y grandes logros en su haber, su lucha actual remite a los derechos humanos. La joven produce altos niveles de testosterona de manera natural, con lo cual la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) indicó, en su nuevo reglamento, que quienes posean estas características deberán reducir sus niveles de hormonas a la mitad, por considerar que se trata de una ventaja. Apoyada por el gobierno de Sudáfrica bajo la campaña “Naturalmente Superior”, la atleta recurrió al Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) donde se determinará su situación con fecha límite el 26 de marzo.

Desde la IAAF sostienen que Caster Semenya se encuentra dentro de lo que consideran “atletas con DSD (Diferencias de Desarrollo Sexual)” debido a su producción mayor de testosterona, en relación a otras mujeres. Los niveles de dicha hormona deberán encontrarse por debajo de 5 nanomoles por litro durante al menos seis meses continuos. Previo a esta nueva regla, el umbral de tolerancia era de 10.

La atleta, apoyada por el gobierno de Sudáfrica bajo el eslogan “Naturalmente Superior”, presentó el caso al TAS, que recientemente informó que darán su veredicto con fecha tope el 26 de marzo. Desde el lugar de la joven, aseguran que “las mujeres con diferencias en su desarrollo sexual tienen variaciones genéticas que no son diferentes de otras variaciones genéticas celebradas en el deporte“.

En diálogo con Impulso, Gerardo Mirizio, Licenciado en Educación Física con orientación en Ciencias del Ejercicio, aseguró: “Los atletas de elite son en su conjunto ‘naturalmente superiores’, atípicos en términos de sus cualidades de fuerza, resistencia o velocidad; y las variaciones hormonales naturales son, al igual que otras cualidades biológicas intrínsecas, parte de esas condiciones diferenciales“.

“En este sentido, además del hiperandrogenismo causado por niveles excesivos de testosterona en mujeres, existen otras condiciones hormonales como la acromegalia, causada por secreción excesiva de hormona de crecimiento que podría dotar a atletas como los basquetbolistas de condiciones facilitadoras para alcanzar el aro. Debemos cuestionarnos seriamente si, ser portador de una mutación es, en sí misma, una condición suficiente para convertir a un atleta en campeón olímpico“, reflexionó Mirizio.

El especialista explicó que las hormonas sexuales, como los estrógenos y la testosterona, poseen efectos sobre la salud ósea y cardiovascular, y la deficiencia de las mismas en mujeres puede conducir a la menopausia o a un incremento en el riesgo de fracturas óseas. “Administrar de manera exógena estas hormonas u otras sustancias prohibidas como la hormona de crecimiento, eritropoyetina, y anabólicos esteroides, pueden alterar los mecanismos de control de liberación de estas hormonas y provocar efectos potencialmente adversos en la salud de los atletas“, agregó.

“Los resultados de los estudios científicos que utiliza la IAAF para respaldar sus normativas, indican diferencias en el rendimiento de atletas femeninas con mayores diferencias en las concentraciones de testosterona libre, que van desde 2,73% a 1,78% para pruebas de 400 y 800 metros respectivamente“, manifestó el licenciado.  Sin embargo, Dutee Chand, atleta con hiperandrogenismo, no superó la primera serie de 100 metros en Londres 2012. Casos como este, reflejan que una mayor producción de testosterona no es condición suficiente para convertir a una persona en atleta elite.

“Su don genético debe celebrarse, no ser objeto de discriminación“, reflexionaron desde el entorno de Semenya, la joven que se encuentra corriendo la distancia más importante de su vida. “Quiero simplemente correr de manera natural”, solicitó a la espera de una resolución favorable.