Tanto la literatura, el cine, como la televisión y el teatro, abarcaron habitualmente enfermedades neurológicas. Entre ellas los tics y el síndrome de Tourette están ampliamente representados con distintos enfoques, en ocasiones de forma muy realista, en otras para dar un mayor dramatismo y también para ridiculizar a un personaje.
Los tics son movimientos rápidos, estereotipados, involuntarios y recurrentes de la musculatura esquelética y faringolaríngea. El síndrome de Gilles de la Tourette asocia múltiples tics a vocalizaciones involuntarias.
Aparecen en la infancia y suelen asociarse comportamientos obsesivos compulsivos. Estos trastornos se han mostrado en la literatura en obras como “La pequeña Dorrit”, “Ángel Guerra”, o “La torre de los siete jorobados”.
El cine se interesó por los tics y el síndrome de Tourette en películas como “Inocencia y juventud”, “El código tic” o “Los impostores”.
En Argentina la actriz Violeta Urtizberea compuso a Flor, una joven que padecía síndrome de Tourette, el año pasado en la tira “Las Estrellas” de Canal Trece.
Por su parte el actor Mauricio Dayub, desde hace años viene interpretando a Alfredo, un hombre con el mismo trastorno, en la obra teatral “Toc Toc”. Un ya mítico personaje en uno de los grandes éxitos de la escena nacional de los últimos años.
Este jueves entre los estrenos cinematográficos aparece “Huérfanos de Brooklyn” con Edward Norton. Aquí este trastorno es el gran disparador de este drama criminal de época, es la singular condición con que el protagonista enfrentará un camino peligroso, donde se topará con matones y el hombre más peligroso de Nueva York.