Por Martín Rosúa, diputado provincial UCR
El mundo ya cambió. La digitalización, la automatización y la inteligencia artificial no son temas del mañana: ya están transformando el empleo, la educación y la economía. Santa Fe no puede quedarse mirando. Por eso impulsamos una ley de Transformación Tecnológica y Digital en el Mundo del Trabajo, con un objetivo claro: preparar a la provincia para los desafíos —y oportunidades— del nuevo escenario productivo.
Un cambio inevitable, crisis u oportunidad
Estamos en la Cuarta Revolución Industrial. Muchos empleos tradicionales están desapareciendo, mientras que otros exigen nuevas habilidades tecnológicas. Este cambio genera incertidumbre, pero también abre una gran posibilidad: si actuamos a tiempo, podemos generar más y mejor empleo, aumentar la competitividad de nuestras empresas y garantizar que nadie quede afuera.
Desde el Estado debemos tener una premisa firme: la transformación tecnológico es inevitable, pero la pérdida de derechos no lo es. No podemos permitir que el avance tecnológico signifique más exclusión, más precarización o más desigualdad. Por eso esta ley propone una estrategia integral que impulse la capacitación, reduzca la brecha digital y promueva el crecimiento de la economía del conocimiento.
Reconversión laboral: una transición planificada
No todos los sectores enfrentan este cambio en igualdad de condiciones. Algunos trabajadores y actividades están siendo directamente desplazados por la tecnología. Y frente a eso, no alcanza con declamar derechos: hace falta actuar con políticas publicas concretas.
Por eso, esta ley contempla programas específicos de reconversión laboral para los sectores más afectados, con planes diseñados de forma anticipada, territorialmente equilibrados y coordinados con las necesidades reales del mercado. La transición tecnológica no puede dejar víctimas: debe ser una oportunidad para integrar y no para excluir.
Formación para el trabajo real
La clave del empleo del futuro es la formación. Pero no cualquier formación: necesitamos una estrategia que monitoree los cambios del mundo laboral en tiempo real y diseñe políticas de capacitación acordes a lo que el mercado va a demandar, no a lo que ya está quedando atrás.
Esta ley crea un sistema de capacitación profesional y actualización permanente, que vincula educación, tecnología y producción. Queremos que jóvenes y trabajadores puedan adquirir las habilidades que hoy —y mañana— exige el mundo laboral. No podemos seguir educando para un mundo que ya no existe.
Además, apuntamos a una lógica inclusiva: que estas oportunidades lleguen a todos, sin importar su punto de partida. Que nadie pierda el empleo por no tener acceso a formación tecnológica. La brecha digital no puede seguir profundizando las desigualdades.
Apoyo real a quienes producen
Queremos impulsar a los sectores más competitivos de nuestra economía: aquellos con mayor potencial para generar empleo de calidad, valor agregado y exportaciones. Entre ellos, la economía del conocimiento ocupa un lugar central: un sector dinámico, innovador y en constante crecimiento a nivel global.
Esta ley crea incentivos concretos para fortalecer estos sectores estratégicos, fomentar la inversión, facilitar la incorporación de tecnología y acompañar la modernización del entramado productivo. Apostamos a una Santa Fe que genere trabajo donde está el futuro, con reglas claras, seguridad jurídica y una estrategia de desarrollo a largo plazo.
Ser protagonistas, no espectadores
Esta ley no es solo una norma. Es una declaración de principios: queremos un Estado que no llegue tarde, que se anticipe, que actúe con visión de futuro. Una Santa Fe protagonista de la transformación tecnológica, con trabajadores preparados y empresas competitivas para desempeñarse en un mundo en constante evolución.
Estamos convencidos que la tecnología no es una amenaza, sino una oportunidad. Depende de nosotros aprovecharla de manera inteligente, equitativa y sostenible. La transformación digital ya está en marcha: ahora es el momento de decidir si vamos a ser espectadores o protagonistas de nuestro propio destino.
Santa Fe tiene todo para liderar este proceso. Con esta ley, estamos dando el primer paso.