Rosario de cara al Bicentenario

El concejal justialista Osvaldo Miatello analiza los cambios que necesita la ciudad en obras, infraestructura y servicios

El año que viene los argentinos vamos a conmemorar el bicentenario de la revolución de mayo. Sería oportuno que en nuestra ciudad aprovechemos esa fecha para, además de celebrar, repensarnos como ciudad; hacia dónde vamos, que tipo de ciudad queremos, no ya en la inmediatez de las urgencias cotidianas y de las discusiones menores, sino, y fundamentalmente, como queremos que sea el lugar en donde vivimos y donde vivirán nuestros hijos.

En ese sentido, quisiera plantear algunos puntos aunque más no sea en forma de disparador, para generar debate en torno a ellos.

En primer lugar, hay temas vinculados a la infraestructura de la ciudad que necesitan que todos los sectores sociales nos pongamos de acuerdo para diseñar verdaderas políticas de estado. Es imprescindible que demos solución, junto a los gobiernos de la provincia y la nación, a la problemática de la vivienda.

No se puede admitir a esta altura del desarrollo de Rosario, la existencia de miles de vecinos viviendo en villas de emergencia. Esa situación no solo es intolerable para quienes en ellas viven, sino que afecta la calida de vida de todos los rosarinos. En ese mismo orden de ideas, servicios esenciales, como lo son el agua, las cloacas y la luz eléctrica, deben ser garantizados a todos y cada uno de los rosarinos. Casi diría que no se trata de servicios sino de derechos elementales de cada rosarino.

No se me escapa que ambos temas requieren de inversión, de tiempo e inteligencia, pero debemos ser capaces de diseñar planes de mediano y largo plazo, con metas ciertas y exigibles, que permita que aquellos que carecen de algunos de estos servicios por lo menos puedan saber cuando podrán acceder a ellos.

Otro aspecto que nos deberá ocupar, es la temática del transporte. Una ciudad de las dimensiones de Rosario y la cantidad de habitantes que sin dudas va a tender a incrementarse, necesita de un sistema de transporte que actúe como verdaderos vasos comunicantes y que, a su vez, no implique un entorpecimiento del tránsito.

El sistema de colectivos, único sistema vigente hasta ahora en la ciudad, más allá de taxis y remises que son de carácter individual, ya ha llegado a un punto de saturación e ineficacia que no tolera más parches. Debemos debatir y decidir que sistemas queremos para los próximos años: subtes, trenes elevados, trenes de cercanía, en fin, decidir por uno o varios de ellos y avanzar en una estrategia que permita financiarlos.

Los ingresos a la ciudad, por Av. San Martín, el ingreso por la 34, Ayacucho, Ov. Lagos, entre otros, deben ser sustancialmente remodelados y mejorados.

Estos son algunos de los aspectos, solo algunos, que deberán ser debatidos y resueltos. Sin dudas se podrá decir que también hay que decidir si queremos un Autódromo o no, que debemos definir que hacer con el Hipódromo, que hacer con el Predio Ferial del Parque Independencia, qué con los clubes de la costa, perocreo firmementeque es imprescindible avanzar en la solución de los problemas inicialmente señalados para que tengamos una ciudad integrada, pujante y más segura.

Tenemos inteligencia acumulada en cientos de profesionales y técnicos que, más allá de diferencias de enfoques, saben como resolver estos temas. Solo hace falta ponerse a andar.