Un momento histórico estaría a punto de producirse en el fútbol argentino, ya que después de 26 años se volvería a la antigua forma de descensos, los cuatro últimos de la tabla de posiciones de la Superliga bajarían a la B Nacional.
La alarma sonó muy fuerte después que Tigre, quién tuvo una fantástica Superliga de la mano de Gorosito, clasificando a la Copa Sudamericana y a un paso de la final de la Copa de la Superliga, después de tres torneos donde, a pesar de no terminar últimos, no acumularon buenas campañas y descendió a la B Nacional junto con San Martín de Tucumán, Belgrano y San Martín de San Juan.
Los promedios llegaron al fútbol argentino para quedarse en el Metropolitano de 1983, todo se aceleró cuando en 1981 descendió el primero de los equipos denominados grandes, San Lorenzo. Antes de esa fecha se los había implementado por etapas pero nunca tuvo tanta continuidad como en esta última parte.
Ahora después de correr mucha agua debajo del puente, el cónclave se desarrolló en el Hotel Savoy, propiedad del presidente de Racing y juntó a más de veinte dirigentes de los equipos que participan en la Superliga, por caso representando a Rosario Central fue el vicepresidente Ricardo Carloni, y por Newell’s Old Boys Juan Concina, secretario, la asamblea tenía como tema principal las sanciones a Huracán y San Lorenzo pero derivó en la discusión por la continuidad o no de los promedios.
Boca Juniors, River Plate y Huracán son el núcleo más duro que no está de acuerdo con quitarlos, pero al ver que la mayoría inclinaría la decisión de dar por terminado el proceso de descenso por promedios acompañarían la resolución de la mayoría. La asamblea para dejar todo asentado formalmente y cambiar el estatuto podría tener lugar el 16 de julio, tras la Copa América y cuando ambos equipos ascendidos (Arsenal y el ganador del Reducido) ya sean parte de Superliga.
Para los clubes rosarinos sería un alivio muy grande puesto que tanto Newell’s Old Boys como Rosario Central arrancarían en los puestos para pelear los descensos, claro que, a pesar de eso, no se pueden relajar porque continuarán bajando cuatro equipos a la segunda categoría del fútbol argentino, y una mala campaña puede derivar en esa situación.