La última fue una sonrisa, hubo que esperar al final de la Copa Libertadores para que Rosario Central logre un triunfo, el único de esta edición 2019 que lamentablemente no permitió ni siquiera el boleto hacia la segunda fase de la Copa Sudamericana, pero pudo regalarle una alegría no solo al hincha que fue al Gigante de Arroyito sino también el broche final a la carrera de uno de los últimos ídolos auriazules, Germán Herrera.
Fue 2 a 1 pero poco importará el resultado, solamente para la estadística y para las sonrisas de Pereyra y Riaño que terminaron este semestre con un gol cada uno, pero el gran protagonista de la noche fue Germán el “Chaco” Herrera, quién después de un cruce con Diego Cocca en declaraciones encontradas, el entrenador logró recapacitar sobre la decisión tomada y dejó que el goleador se despida ante su gente dentro de la cancha y desde el primer minuto de juego.
Fue un primer tiempo donde Central y Libertad no marcaron grandes diferencias en su juego, pero a los 19 minutos entró Pereyra por el sector izquierdo y casi pisando el área sacó un remate que no pudo interceptar el arquero Silva, ventaja para el Canalla quien controló la primera etapa ante un equipo paraguayo con poco protagonismo del que se esperaba.
El complemento arrancó muy mal para el equipo de Cocca, ya sin Caruzzo en cancha, nuevamente Ortiz en una acción torpe lo baja a Martínez y el árbitro venezolano no dudo en marcar penal, Tacuara Cardozo puso el uno a uno y vuelta a empezar. Riaño ingresó por Herrera para darle el aplauso final al chaqueño que se retiró visiblemente conmovido, y justamente Riaño sería quién defina el partido después de una gran corrida de Lovera.
Bandera, carteles con el “Gracias Chaco” y la vuelta olímpica con su familia fueron parte del reconocimiento a Herrera, quién prácticamente sin poder hablar les dejó una frase al hincha que fue al Gigante casi exclusivamente por él. “Soy muy feliz por haber nacido en este club” así cerró su carrera.