El canje de deuda de bonos bajo ley extranjera entra en la recta final

La etapa de definiciones ya es un hecho. La fecha límite para el para el ingreso a la operación es el próximo viernes 28.

El canje de bonos emitidos bajo ley extranjera entra en la recta final, ya que la fecha limite para el ingreso a la operación es el próximo viernes 28, a las 17 (hora argentina, 18 hora Nueva York).

El Gobierno de Alberto Fernández elevó finalmente el lunes último la oferta final de reestructuración de la deuda por 63.500 millones de dólares a la comisión de Valores de los Estados Unidos (SEC), con las enmiendas y cambios introducidos luego del acuerdo alcanzado entre la Argentina y los principales grupos de acreedores el pasado 4 de agosto.

Los acreedores del país tendrán acreditado en sus cuentas la realización del canje el próximo 4 de septiembre.

Los principales grupos de bonistas confirmaron su apoyo al canje, luego de que la Argentina formalizó su oferta ante la SEC. Aquí se encuentran los fondos de inversión que resultaron mas duros en las negociaciones Como BlackRock, Monarch, Ashmore y Fidelity, entre otros.

“Tras un compromiso constructivo y exitoso con el Gobierno argentino para llegar a un acuerdo”, señalaron los fondos, “confirmamos nuestro apoyo a la oferta enmendada hoy (por el lunes último) por la República Argentina“.

Para los fondos de inversión el pacto se cerró con un valor de deuda de 54,9 cada 100 dólares de deuda nominal, en términos de valor presente neto.

Nuestros miembros se comprometieron en una etapa temprana a ingresar con 5.000 millones de dólares, para el lunes 24 de agosto, en conexión con la propuesta argentina modificada, precisó ayer el comité de acreedores Ad Hoc que reúne a la mayoría de los tenedores de bonos del canje de deuda de 2005 y 2010.

Este grupo en particular confirmó a través de un comunicado el ingreso de 3.700 millones de dólares de bonos del canje 2005 y 2010, y de otros 1.100 millones de dólares de bonos globales para el lunes, para gozar de todos los beneficios de la oferta, que incluyen un bono contemplando los intereses corridos hasta la fecha del canje.

Al mismo tiempo, alentaron a todos los bonistas a un pronto ingreso para gozar de dichos beneficios de los intereses corridos. “Urgimos a todos los acreedores a unirnos en participar en a reestructuración de la deuda externa argentina“, señalaron.

También precisaron que aquellos que acepten la oferta antes del cierre del 28, serán “elegibles de recibir una consideración adicional en la cuenta de los intereses corridos, y tendrán una mejor posibilidad de seleccionar los bonos recibidos“, como resultado del acuerdo alcanzado entre los principales grupos de bonistas y el equipo económico argentino.

En cambio, aquellos que no consientan a la oferta no tendrán luego estos beneficios adicionales, advirtieron.

Es decir, si el canje resulta exitoso y logra las mayorías necesarias para arrastrar al resto de los acreedores, quienes resulten forzados a ingresar por arrastre no gozarán de los beneficios de los intereses corridos ni de seleccionar los bonos elegibles.

RESERVAS Y CAUTELA

En el Gobierno se mantienen en reserva hasta dar a conocer oficialmente los resultados de la operación, pero adelantaron que esperan la activación de las cláusulas de acción colectiva para obligar a los holdouts a ingresar al canje.

Antes de cerrar el acuerdo, las partes negociaron puntos legales que terminaron por perfeccionar contratos standard de deuda, que se utilizaran de aquí en más.

Específicamente se impusieron límites a los gobiernos en cuanto a la reasignación de los bonos posterior al canje y a la estrategia conocida como Pacman, que tuvieron consenso en la comunidad internacional tanto del G24 y de los mercados (EMTA).

El acuerdo incorporó el concepto novedoso de sustentabilidad en materia de reestructuraciones de deuda, y la oferta Argentina logró mantener esa premisa inicial en las negociaciones.

En este sentido, el FMI tuvo un rol clave al avalar durante el proceso de negociaciones la medición de sustentabilidad y materializarla con números concretos, inicialmente muy duros para los oídos de los acreedores: el país necesitaba un “alivio sustancial” de entre 50.000 a 80.000 millones de dólares.

Así fue como la Argentina pasó a ser considerada de padecer un problema de solvencia y no de liquidez, como sostenían los acreedores inicialmente. La irrupción de la pandemia empeoró todo, para la Argentina y para el mundo, donde una lista larga de países afronta problemas de crisis de deuda, entre ellos Ecuador.

Télam

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