El 85% de las importaciones son bienes de capital e insumos

Al contrario de lo indicaría la intuición, casi la totalidad de las importaciones son bienes de capital e insumos vitales para la actividad económica. La importación de bienes de consumo representa una porción marginal y no es un fenómeno reciente. Esto es así desde hace 30 años. Por esto, prohibir importar afecta negativamente el nivel de actividad interno.

En Argentina todavía queda en la mente de la gente, fundamentalmente los más viejos, que restringir las importaciones es positivo porque ayuda a la industria nacional. Si entran menos bienes de consumo de afuera, las empresas asentadas en Argentina pueden vender más. Este relato, además, termina siendo funcional a las malas políticas económicas que por la acumulación de distorsiones –inflación, desdoblamiento cambiario con tipo de cambio oficial retrasado y emisión monetaria excesiva– terminan sufriendo una fuerte presión sobre las reservas del Banco Central para el pago de importaciones debido al retraso del tipo de cambio oficial.

Esto es lo que está pasando hoy con la política económica del gobierno. El tipo de cambio oficial está muy retrasado respecto de la inflación (el dólar oficial está barato) por lo cual hay un fuerte presión por importar más productos dado que el dólar está barato. El gobierno entonces restringe las importaciones en defensa de la industria nacional. En rigor, las restringe porque el Banco Central está exhausto de reservas.

De todas formas, toda esta discusión se termina cuando se mira la composición de las importaciones. Esto es lo que se presenta en el gráfico a continuación.

Composición de las importaciones de Argentina

Millones de dólares a precios del 2022

Fuente: LP CONSULTING en base a MECON

El gráfico presenta las importaciones de la Argentina según sean bienes de capital, insumos para la producción o bienes de consumo. Los datos están ajustados por inflación de Estados Unidos, estando a precios del 2022, o sea que son comparables a lo largo de toda la serie.

Como puede observarse en el 2022 la Argentina importó por USD 81 mil millones, cuando entre el 2011 y el 2013, que fue el fin de la gran bonanza internacional, llegó a importar por USD 90 mil millones anuales a precios actuales. A comienzos de la gran bonanza en el 2003 importaba apenas USD 20 mil millones a precios actuales.

De todas formas, lo que se quiere mostrar es la baja importancia que tienen los bienes de consumo dentro de la composición de las importaciones en Argentina. Muy por el contrario a lo que indicaría la intuición, en toda la serie –que abarca 30 años, o sea, ni siquiera es un fenómeno reciente– las importaciones de bienes de consumo representaron y representan apenas un 15% del total de importaciones. El 85% de las importaciones son en bienes de capital e insumos.

Esto marca la decisiva relevancia que tienen las importaciones en Argentina. Si el 85% de ellas es bienes de capital e insumos significa que la producción nacional se mueve gracias a las importaciones más que compite con ella. Esto se puede observar con claridad en el gráfico a continuación donde se presenta la evolución de las importaciones de bienes de capital e insumos y la del Producto Bruto Interno (PBI) en términos reales.

Importaciones de bienes de capital e insumos y actividad económica

Fuente: LP CONSULTING en base a MECON

Como se observa, las dos cosas van de la mano. Cuando la economía crece (1992 – 1998; 2002 – 2012) las importaciones de bienes de capital e insumo crecen a igual ritmo, es más, observándose incluso un mayor crecimiento de las importaciones de insumos.

Cuando la economía cae (1998 – 2002; 2017 – 2020) las importaciones de bienes de capital e insumos también caen y de la misma manera que cae la producción.

Por esto es que el aumento de las importaciones de bienes de capital e insumos que se observó en el 2022, aún cuando estuvo reprimido por las complicaciones del gobierno con los varios sistemas burocráticos de autorizaciones que se manejan entre aduana, AFIP y el Banco Central, ayudaron a que la actividad económica se mantenga al menos estancada (sin caer) a pesar de que se está marchando a una severa crisis inflacionaria.

Esto muestra los costos que tienen las malas políticas económicas.  La Argentina, desde que salió de la convertibilidad en el 2002, nunca se preocupó por el equilibrio fiscal, el orden monetario y la competencia transparente de los mercados de bienes, servicios y financieros. Al comienzo, entre los años 2002 y 2012, los costos de estas distorsiones quedaron escondidos detrás del crecimiento exógeno que venía por la incorporación de China al mercado mundial. Pero cuando el fenómeno exógeno se agotó, emergieron los costos de las malas decisiones de política económica. No por casualidad el cepo comienza en el año 2012 cuando se termina la bonanza.

El gobierno de Cambiemos sacó el cepo con financiamiento externo en dólares, pero no apuntó a arreglar las distorsiones de la política económica. Al contrario, se confió demasiado en que el financiamiento externo permitiría mantener estas distorsiones y evitar tomar decisiones de política económica no populares. Y terminamos de nuevo en cepo.

Ahora este gobierno está preso del cepo y se equivoca en el diagnostico cuando quiere que la economía crezca pero sin que crezcan las importaciones las cuales son en un 85% bienes de capital e insumos.

Esperemos que el próximo gobierno tome en cuenta estos indicadores y apliquen las medidas apuntando a favorecer las importaciones de bienes de capital e insumos para de esta manera pueda la actividad económica domestica iniciar un proceso de crecimiento real y sostenido en el tiempo.

Fuente: LP CONSULTING