La empresa Ecoplásticos Rosario continúa avanzando en el proceso de expansión de su mercado a partir del reciclaje de plásticos y su posterior reconversión en tablas o postes utilizados por el sector de la construcción.
El proyecto, que surgió a fines de 2013, tiene un doble beneficio ecológico. Por un lado, utilizan el plástico en desuso y lo reciclan y, por otro, el producto que surge de ese reciclaje reemplaza a otros a base de madera.
En contacto con #IMPULSO, uno de sus creadores, Nicolás Caffarengo contó cómo surgió el proyecto. “Junto con mi hermano Ignacio empezamos a pensar qué hacer con las cajitas de pastillas Tic Tac, que vienen en un envase de plástico y se nos ocurrió que con mayor cantidad de material podríamos hacer tablas y postes que reemplacen a los de madera”, aseguró.
De esa manera se da el doble impacto ecológico del proyecto ya que reducen la utilización de madera. En la actualidad, varias empresas de la zona les proveen de plásticos que no utilizan y que significan un problema porque es un desecho difícil de procesar, mientras que para Ecoplásticos se trata de la materia prima fundamental.
Las tablas de plástico que construyen son de dos metros por nueve centímetros de ancho y los postes que reemplazan a los madera tienen 2,30 metros, aunque pueden adaptarse a las necesidades de los clientes. Los principales usos de estas planchas son para la construcción de decks y cerramientos exteriores.
Por eso, los clientes a los que apuntan son los barrios privados, que en algunos casos ya cambiaron los postes de madera por estos plásticos, y las constructoras que suelen utilizar gran cantidad de madera en los edificios que se construyen en el centro fundamentalmente en el desarrollo de amenities.
Además del doble beneficio ambiental, el sistema tiene otras ventajas con respecto a la madera como la mayor durabilidad y resistencia y el menor proceso de transformación, ya que no necesita lijado ni barniz y requiere menores cuidados. Sin embargo, ofrece las mismas prestaciones a un costo menor, lo cual lo hace muy atractivo para el mercado de la construcción de Rosario.
“Si bien es mínimo lo que podemos reducir el impacto ambiental con nuestro proyecto, es más que nada un comienzo y una búsqueda de concientización para que surjan otros proyectos similares, como ya hay en Centroamérica y Europa”, finalizó Caffarengo.