Un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Medio Ambiente y la Federación Internacional del Automóvil (FIA) pone de relieve el ahorro en dólares y en emisiones contaminantes si el transporte público de Rosario migrara al sistema de movilidad eléctrico.
La investigación se pone como medida el año 2030. Si el transporte urbano de pasajeros y los casi cuatro mil taxis que circulan por Rosario migraran a la movilidad eléctrica, se ahorrarían para ese año 611 millones de dólares y se dejaría de emitir 3,5 millones de toneladas de dióxido de carbono.
La estimación indica que de los 611 millones de dólares, 461 corresponden al ahorro en combustible para el transporte público y los 150 restantes al sistema de taxis de la ciudad.
Las condiciones en América Latina arrojan números aún más impactantes. Si la totalidad del transporte público en 22 ciudades de 12 países fuera eléctrico, se ahorrarían casi 64 mil millones de dólares en combustible y habría 300 millones de toneladas de dióxido de carbono menos impactando sobre el medio ambiente.
Si bien esos números corresponden a estadísticas acumuladas desde 2017 a 2030 y la situación está lejos de que la movilidad eléctrica abarque al sistema público de transporte, el estudio destaca a Argentina como uno de los países que hace mayor énfasis en el tema, con estímulos impositivos para la fabricación de vehículos eléctricos y la instalación de electrolineras.