La construcción es sin duda uno de los motores de la economía de cualquier ciudad o país. Sin embargo, producto de la desaceleración de la economía argentina, la actividad comenzó a frenarse a finales del año pasado.
Hoy, cuando los pronósticos para el nuevo año son más que optimistas, no todos confían en que se logre una rápida salida a la crisis. Ese es el caso de Marcelo Passardi, presidente de la Asociación Empresarios de la Vivienda (AEV), quien afirmó que “desde junio la caída está amesetada, pero todavía no hay recuperación”.
En diálogo con IMPULSO, Passardi hizo un repaso de lo acontecido durante este año y reflejó los principales problemas del sector: una demanda estancada y una normativa municipal que, a juicio de la AEV, “frena totalmente la construcción en Rosario”.
¿Cuál es el balance del año?
Indudablemente, el 2009 fue un año complicado, que empezó con la crisis internacional a fines de 2008 y siguió esa caída hasta junio, que encontramos la meseta, el último escalón. Desde ese momento seguimos amesetados, pero sin sufrir ninguna variante, no hay una recuperación todavía.
¿Cuáles son las perspectivas para 2010?
Nuestras expectativas pasan porque ese escalón que mencionaba anteriormente no sea horizontal y que exista una curva ascendente. Repito, desde junio, está todo muy tranquilo.
¿Cuáles son los factores que influyen para que no haya tal recuperación?
Básicamente es un tema de demanda, que está muy tranquila. La gente está con problemas de toda índole, y encima complica que estemos a fin de año, un período siempre difícil, porque la gente está pensando en otras cosas. Además, está vigente la problemática de la normativa municipal.
En ese sentido, ¿el trabajo de la Comisión Asesora no logró resolver las principales dificultades que se planteaban?
La Comisión Asesora trabajó en temas menores, que destrabaron algunos puntos, pero no se llegó a la discusión final, al tema más preocupante, que es el de las alturas. Probablemente, trabajaremos en eso a partir de las primeras reuniones de 2010.
¿Cuál es la crítica del sector con respecto a las alturas del nuevo Código Urbano?
Pasa que frena totalmente la construcción en Rosario, porque con los valores de altura vigentes y el costo de la tierra, no hay ecuación que permita hacer nuevos emprendimientos. Los costos aumentan en el área central un 23% y un 40% en el primer anillo, lo cual es inviable.
En su momento estaba planteado que todavía resistían algunos emprendimientos con el Código viejo, y eso era lo que hacía menguar el problema. ¿Cómo está esa situación?
De los emprendimientos con el antiguo Código, deben quedar unos 50 sin comenzar. Ahora, de los aprobados con el nuevo, prácticamente no hay, no existen. Eso ya se notó este año y se va a seguir notando si no se resuelve el problema.