A pesar que la vuelta del fútbol se ve cada vez más lejana debido a la continuidad de la cuarentena y la ausencia del permiso para volver a los entrenamientos en los clubes; el Ministerio de Deportes junto con el de Salud se reunirán en las próximas horas para un primer paso en la búsqueda de poder diagramar y formalizar un protocolo sanitario para el fútbol argentino.
En este contexto, el ministro de salud Gines González García y el de deportes y turismo Matías Lammens comenzarán a establecer los parámetros para la vuelta a las prácticas, el primer escalón para el posible regreso del fútbol que será, casi un hecho, sin público por lo menos hasta fines de años, más allá que algunos dirigentes ven muy positivo ese pensamiento y evalúan la vuelta al fútbol recién para 2021.
La idea prioritaria es que los entrenamientos regresen después del pico de la pandemia que se fue corriendo desde que comenzó la cuarentena y que en estos momentos se lo piensa para mediados de junio, situación que dejaría el regreso a las competencias para fines de julio o principios de agosto.
Sobre el punto más alto de contagio, el Ministro de Salud Gines González García expresó “el pico de casos es una estimación. Primero decían abril, después mayo. Si tenemos controlada la epidemia, el pico va a ser más chatito de lo que se cree. Va a ser más tardío de lo que se cree. Ahora están hablando de junio. Pero lo que pase en junio va a depender de lo que hagamos en mayo nosotros. No hay un pronóstico certero”.
Desde Futbolistas Argentinos Agremiados impulsan la idea de regresar antes de esa fecha a las prácticas, idea que no está muy bien vista por AFA teniendo en cuenta el apoyo de Chiqui Tapia y la dirigencia al pensamiento sanitarista que declara el gobierno nacional más allá que esta decisión perjudicá sin dudas a la economía de los clubes del fútbol argentino.
Uno de los puntos que se maneja es que 72 horas antes del regreso a las sesiones de práctica habrá controles para los jugadores.
Además se prohibiría el uso de los vestuarios, es decir, los jugadores deberían llegar cambiados de sus domicilios y saltar directamente al campo de juego, al finalizar retirarse sin el uso de los lugares en común.
Otra de las posibilidades es que no haya concentraciones.