El Everest, el pico más alta del mundo, se transformó con los años en una montaña de basura, pero un equipo de 14 voluntarios está llevando a cabo en estas semanas un operativo de limpieza que ya quitó tres toneladas de residuos y espera sacar otras siete en 45 días.
Pudieron levantar desechos como latitas, botellas, plástico, equipos de alpinismo y hasta excrementos humanos.
Si el cambio climático sigue disolviendo los hielos del monte, es probable que puedan aparecer cuerpos de alpinistas ya que desde 1922, año en que las autoridades empezaron a realizar estas estadísticas, cuanta con más de 200 alpinistas que murieron mientras intentaban llegar a la cumbre de 8.848 metros, y no fueron hallados.
Iniciada el 14 de abril pasado, la campaña Sagarmatha Cleaning Campaign cuenta con el patrocinio de las autoridades de Nepal y debería costar en total unos 23 millones de rupias (185.000 euros).