Impulso

La autopista Rosario-Santa Fe, una de las más primeras de Argentina, volvió a ser noticia la semana pasada por accidentes en medio de la baja visibilidad provocada por la niebla y la ausencia de controles.

Luego de una semana trágica, el gobierno provincial volvió a anunciar la transformación del corredor en una autopista inteligente. Proyecto anunciado en 2010, cuando el gobierno de Hermes Binner licitó nuevamente el corredor y se lo dio a la Unión Transitoria de Empresas (UTE) conformada por s Milicic SA, Laromet SA, Obring SA, Pecam SA, Rovial SA y Vial Agro SA.

En 2015, el Ministro de Aguas y Servicios Públicos Antonio Ciancio, autorizó un nuevo aumento de las tarifas del peaje de la autopista del 40 por ciento, que llevó el precio del peaje de 3,50 a 5 pesos la tarifa en los accesos; y de 14 a 20 pesos, el peaje en las cabinas troncales. El aumento se otorgó para generar un fondo de obra para transformar el corredor en una traza inteligente y modelo a nivel nacional. Promesa que nunca se concretó.

En 2017, tras 24 años de gestión privada, el gobierno de Miguel Lifschitz le quitó la concesión a la UTE (5 años antes del vencimiento del contrato) por incumplir el pliego contractual.

Entre los años 2010 y 2015, el peaje para la autopista Rosario-Santa Fe aumentó un 470 por ciento. Pese a esto, la empresa no hizo un kilómetro de ruta nueva.

GESTIÓN ESTATAL. En 2017, tras 24 años de concesión privada, el gobierno de Santa Fe tomó la administración de la autopista.

Ahora afirma que se concretará el proyecto anunciado para el monitoreo, medición de visibilidad y reconocimiento de vehículos que transitan logrando optimizar la seguridad vial de los usuarios.

Se ofrecerá variedad de información en tiempo real sobre condiciones de tráfico, trabajos de mantenimiento, accidentes, congestionamientos, velocidades de circulación y condiciones atmosféricas, así como retrasos en las vías; todo esto de forma gráfica al usuario a través de los paneles de mensajes variables.